Adios Madrid, adios
Al final resulta que no pudo ser. Madrid se queda sin Olimpiadas en el 2012. Ni estoy alegre (como muchos otros) ni decepcionado porque, francamente, me importaba bastante poco todo el tinglado mediático que me montó en torno a la candidatura.
Lo que sí debería de provocar este descalabro es una profunda reflexión a todos aquellos medios que dieron por seguro el triunfo madrileño creando un clima de confianza artificial. Que si era la mejor candidatura a años luz de las otras, que si el compromiso de la ciudadanía era total, que si la delegación española fue recibida calurosamente en Singapur, que si el recuerdo de Barcelona 92 era su mejor aliado, etc …
En realidad ha pasado lo de siempre. Somos los favoritos pero nunca ganamos. Podemos aplicar el cuento a casi todas las áreas, desde el festival de Eurovisión (¿alguien se acuerda del teórico triunfo arrasador de Rosa?) a los mundiales de futbol.
Hay mucho bocazas que habla demasiado y luego se le queda cara de tonto. ¿Cuánto habrá costado al Estado el proyecto olímpico?
Lo que sí debería de provocar este descalabro es una profunda reflexión a todos aquellos medios que dieron por seguro el triunfo madrileño creando un clima de confianza artificial. Que si era la mejor candidatura a años luz de las otras, que si el compromiso de la ciudadanía era total, que si la delegación española fue recibida calurosamente en Singapur, que si el recuerdo de Barcelona 92 era su mejor aliado, etc …
En realidad ha pasado lo de siempre. Somos los favoritos pero nunca ganamos. Podemos aplicar el cuento a casi todas las áreas, desde el festival de Eurovisión (¿alguien se acuerda del teórico triunfo arrasador de Rosa?) a los mundiales de futbol.
Hay mucho bocazas que habla demasiado y luego se le queda cara de tonto. ¿Cuánto habrá costado al Estado el proyecto olímpico?