No hay rosa sin espina

Con los excelentes resultados cosechados por 300, los ejecutivos de Warner Bros. ya tardaban demasiado en dar luz verde a un nuevo proyecto que volverá a tener como base una novela gráfica de Frank Miller. En esta ocasión la elegida ha sido Ronin, un trabajo publicado en 1983 que, casualidades de la vida, hace tan sólo un mes ha sido reeditado en nuestro país por Planeta en una versión Absolute, esto es, nuevo color y formato lujo. Imprescindible para coleccionistas. La historia, por la que se interesó Darren Aronofsky hace casi diez años, está protagonizada por un samurai deshonrado del siglo XIII que es trasladado a una ciudad de Nueva York apocalíptica y futurista para acabar con Agat, el antiguo y poderoso demonio que asesinó a su maestro. De la dirección se hará cargo Sylvain White (Stomp The Yard), un realizador con poca experiencia que no ha destacado precisamente por sus inquietudes narrativas. Un comienzo no muy esperanzador para una producción cuyo nivel de éxito o fracaso sirva posiblemente para condicionar la opinión del artista sobre la conveniencia de continuar trasladando el resto de sus trabajos a la gran pantalla. Esperaré lo mejor …