El Drácula de Alex Proyas
No sé si lo habré comentado en alguna ocasión pero, tras finalizar Knowing su actual proyecto, Alex Proyas se sumergirá en el terror para presentarnos una nueva versión del mito de Drácula.
Llevará por nombre Dracula: Year Zero y mezclará hechos históricos (la vida del príncipe rumano Vlad Tepes y su curiosa fijación por empalar viva a la gente) con la famosa novela de Bram Stoker.
Del guión se van a encargar los desconocidos Matt Sazama y Burk Sharpless, los mismos que andan metidos en el remake de Flash Gordon, y será producida por Michael De Luca (Dark City, Ghost Rider, Zathura)
El cócktel en sí suena interesante y más con un director que con su Dark City demostró saber moverse perfectamente dentro de ambientes malsanos y siniestros.
Casette dijo,
04/09/2008 @ 12:32 pm ·
Ya… pero volvemos a las mismas. Las enésimas revisiones de personajes icónicos tienen el peligro de ir contra corriente de la memoria colectiva. Pueden ser un éxito (la revisión de Batman por Tim Burton y posteriormente la de Nolan) o un requetepufo (el Drácula de Coppola, que personalmente me produce regurgitaciones)
Le daremos un voto de confianza porque me molan los vampis…
Cjfuentes dijo,
04/09/2008 @ 6:18 pm ·
bueno una pelicula mas de dracula nunca hace daño xD
neimar dijo,
05/09/2008 @ 10:36 am ·
[quote post="2507"]el Drácula de Coppola, que personalmente me produce regurgitaciones[/quote]
Pues a mí me gustó en su momento. No sé a qué tanta inquina contra el pobre Vlad.
[quote post="2507"]bueno una pelicula mas de dracula nunca hace daño[/quote]
Ummm, los clásicos chupasangres nunca mueren .
Casette dijo,
05/09/2008 @ 11:21 am ·
La inquina no es contra el ‘pobre’ Vlad, sino contra el ‘rico’ Coppola. El muy bocazas anunció a bombo y platillo que iba a hacer la versión definitiva y la más fiel a la novela original. Ilusionado, uno se relee la novela de Stocker para ir abriendo ambiente, y cuando va al cine (oh, sí, yo iba entonces al cine) descubre tal cúmulo de incongruencias, invenciones y estupideces que entre blasfemias jura no volver a tragarse un Coppolazo (posteriormente -me miento mucho a mí mismo- reincidí con Frankestein, y los exhabruptos llegaron ya al infinito)