No hay rosa sin espina

Acostumbrados a vivir en una sociedad en donde se valora la inmediatez de los servicios como un requisito casi indispensable, resulta anacrónica la idea de esperar más de diez meses para poder visionar los nuevos episodios de cualquier serie norteamericana y eso si tenemos la suerte de que alguna cadena haya tenido la decencia de comprar sus derechos de emisión y no permanezca inédita durante años o a perpetuidad. Perdidos, la última “serie bomba” procedente de los Estados Unidos, ejemplifica perfectamente ese sentimiento de frustración por parte del aficionado que no tiene más remedio que buscarse la vida para saciar su curiosidad y obtener de algún modo los episodios que se emiten paralelamente en USA. Y aquí es donde entran en escena los programas de pares, auténticos oasis para los amantes de los shows televisivos. En el caso de la producción creada por J.J. Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber, esta percepción se multiplica hasta límites insospechados. El interés que despierta cada nuevo episodio es tal que, pocas horas después de ser emitido por la ABC, ya se encuentra disponible en la red bittorrent con miles de usuarios ejerciendo de semillas (seeders) y otras decenas de miles descargándolo (leechers). Pareja a esta tendencia que creo supera con creces el interés que pueda generar cualquier film que de un modo u otro (compra, alquiler, …) pueda conseguirse en España con relativa facilidad, tenemos también la reciente proliferación de grupos que se dedican a traducir y subtitular esas series para regocijo del personal que no domina la lengua de Shakespeare. Vaya desde aquí mi humilde agradecimiento para todos ellos . Sólo queda que la industria despierte de su letargo y se de cuenta del potencial de negocio que posee este tipo de distribución.