No hay rosa sin espina

Puede que el cine firmado por Roland Emmerich esté al servicio de una mentalidad infantiloide y maniqueista típicamente yankee o que sus producciones mastodónticas estén al servicio de un guión simplista pero también es innegable que sabe envolverlas bajo un manto de espectáculo visual y aventurero muy llamativo, tanto si son marcianos que invaden la tierra como cataclismos naturales. Su última cinta, 10.000 BC, no es una excepción, aunque supongo que en ello habrá tenido mucho que ver los buenos millones invertidos en la realización. Tenía entendido que el argumento, escrito por el propio Emmerich en colaboración con Harald Kloser, estaba protagonizado por un joven cazador (Steven Strait) embarcado en una misión para salvar a su tribu y me imaginaba (iluso de mí) una especie de En busca del fuego con algunos animales digitales pero tras ver el primer teaser liberado hace pocas horas, me encuentro con gigantescos templos en piedra, barcos, gente a caballo, batallas y pirámides escalonadas que me recuerdan más a Stargate que a otra cosa. Faltan los Goa’uld para que la fiesta esté completa … Al menos en esta ocasión no veremos ondear ninguna bandera norteamericana .