No hay rosa sin espina

Desde que las adaptaciones de videojuegos aterrizaran en el mundo del cine con Street Fighter, muchos directores han probado fortuna en el nuevo género pero sólo uno ha conseguido idénticas críticas negativas de público y de prensa especializada. Cuando hablan de él como del peor director y califican sus películas de esperpentos y basura, nada bueno se puede esperar de su próxima cinta. De hecho, cada vez que se asocia su nombre con algún nuevo proyecto, los aficionados ya se echan a temblar. El hombre que provoca estos temores es Uwe Boll, un cineasta alemán que cuenta entre sus trabajos filmes tan nefastos como The House of the Dead o Alone in the dark.

Para su próximo estreno ha escogido otro videojuego que destrozar en pantalla. Se trata de Bloodrayne, un personaje nacido a la sombre y el éxito de la Lara Croft de Tombraider. También es una mujer, dura y sexy, pero en este caso mitad vampiro y mitad humano. Su peculiar naturaleza le ha conferido los poderes heredados de los primeros pero sin sus debilidades. Trabaja para la Sociedad Brimstone liberando el mundo de amenazas sobrenaturales.
Su éxito (dispone de cómics, figuras de acción y diverso tipo de merchandising) presagiaba su pronto salto a la gran pantalla y tres años después de su nacimiento, nos llega la película.

El papel protagonista ha recaído en Kristanna Loken, la androide asesina de Terminator 3 y está acompañada por un cada vez más devaluado Michael Madsen, Matthew Davis, Michelle Rodriguez, Ben Kingsley (otro que no levanta cabeza últimamente), Geraldine Chaplin y Udo Kier (qué sería de una peli de serie B sin él).

Quizás lo más inquietante de todo sea la inclusión en el reparto de Michael Paré, un hombre que desde Calles de fuego ha estado dando tumbos entre diversos subproductos de serie Z. Tampoco se queda atrás el horripilante poster oficial, digno de cualquier película de fantasia de saldo.

La fecha del estreno está aún por determinar pero para ir abriendo boca aquí teneis unas fotos y el trailer.